El expresidente balear Jaume Matas se resiste a perder las ventajas del tercer grado en el cumplimiento de su condena de nueve meses por tráfico de influencias y agota todas las posibilidades que le otorga la ley. Según ha explicado su abogada, Pilar Gómez Pavón, este martes por la mañana el exmandatario del PP ha presentado un recurso en el Juzgado de Vigilancia Penitenciaria de Valladolid, que tumbó la polémica concesión del tercer grado por parte la secretaría general de Instituciones Penitenciarias en contra del criterio de los técnicos del centro penitenciario de Segovia donde cumple condena. Matas está condenado por contrataciones irregulares en beneficio del periodista que le escribía los discursos, Antonio Alemany.

El también exministro pretende evitar su vuelta al régimen de segundo grado que le obligaría a mantener una vida de recluso ordinaria, es decir pasar las 24 horas en la cárcel. Su recurso será enviado a la fiscalía para que presente las alegaciones oportunas y se remitirá después a la Audiencia Provincial de Palma, que tendrá la última palabra.

El expresidente balear y exministro de José María Aznar ingresó en la prisión el pasado 28 de julio y fue directamente al módulo de enfermería, no a una celda. Desde el 31 de octubre, disfruta del tercer grado, que le permite cumplir la condena en el centro de inserción social, dormir cada día en su casa y disfrutar de permisos de fin de semana.

"NO HAY REEDUCACIÓN"

La letrada de Matas alega que no se le puede negar el tercer grado cuando tiene una condena de nueve meses y ha cumplido cuatro con el argumento de que debe "ser ejemplarizante" por haber ocupado un cargo público. El juez de vigilancia penitenciaria que le denegó el tercer grado observó que "no hay reeducación" del penado y que acceder a su petición podría erosionar la confianza de la ciudadanía en el sistema.