El 12º Congreso del Partido Popular de Galicia se cerró con la aclamación de Manuel Fraga como presidente regional, con el 95% de los votos, y con un discurso del presidente del partido, Mariano Rajoy, que, sin perder el norte de la unidad, puso freno a las aspiraciones del sector que hace unas semanas protagonizó una amenaza de escisión.

En lo que Fraga calificó como el "congreso de la unidad", quedó de nuevo patente que las familias dentro del partido mantienen diferencias importantes, sobre todo en lo que hace referencia a la futura sucesión del veterano político. Los seguidores de Baltar y Cuiña quieren que el próximo candidato se elija "democráticamente" en Galicia, mientras el sector afín a Madrid aboga por que sea Génova quien decida sobre el nuevo número uno de la comunidad. En esta clave se entienden las palabras con que Rajoy cerró el cónclave de los populares gallegos, en las que comenzó a poner coto al sector galleguista, ampliamente recompensado por Fraga para zanjar la crisis del partido.

"PERSONAS NO ARROGANTES" Rajoy dejó muy claro que "aquí nadie tiene la propiedad privada ni el derecho de veto" sobre las listas electorales que elabore Fraga y destacó que entre los elegidos en Galicia sólo habrá "personas honradas y no arrogantes" que "representen los intereses de las personas y del Partido Popular". "No otros, sólo los del PP", recalcó. Además, señaló como referentes del partido, tras Fraga, al secretario Jesús Palmou y a los vicepresidentes, Alberto Núñez Feijoo y José Manuel Barreiro, ninguno claramente afín al sector galleguista, lo que en clave interna se puede leer como un freno a las aspiraciones del exconsejero José Cuiña, que tras regresar a la política activa y verse en las nuevas listas gallegas no se autodescartó como sucesor de Fraga.

Pese a todo, el presidente del Partido Popular llamó a la unidad para que todos trabajen por lograr de nuevo la presidencia de la Xunta de Galicia para Fraga, a quien ve "con la misma ilusión o más, las mismas ganas o más, la misma determinación o más y el mismo coraje o más que siempre".

EN BUSCA DE UN ENEMIGO COMUN El nuevo pegamento para esa unidad es señalar a un enemigo común al que combatir juntos. En ese sentido se expresaron el secretario general, Jesús Palmou, y el propio Manuel Fraga, que alertaron del "desastre" que supondría para Galicia un Gobierno de coalición "social bloqueira " del PSdG y el BNG.