Mariano Rajoy completó ayer el núcleo duro del PP con la incorporación de dos ministros salientes, José María Michavila y Ana Pastor, y del jefe del gabinete de José María Aznar, Carlos Aragonés, su fontanero en la Moncloa. El secretario general de los populares intentó disipar las sospechas de que el presidente del Gobierno en funciones esté tras los principales nombramientos. "La decisión ha sido enteramente mía. He hecho lo que creo que es mejor para el partido y para mí", afirmó, y enfatizó que los poderes que le otorgó Aznar en septiembre pasado son irreversibles.

Rajoy compareció ante la prensa después de anunciar los nombramientos en el comité ejecutivo nacional del partido. El ministro de Justicia en funciones será coordinador de Comunicación, en sustitución de Rafael Hernando, mientras que la ministra saliente de Sanidad reemplazará a Eugenio Nasarre al frente de Acción Sectorial. Como responsable de Organización tomará el relevo de Ana Mato el actual presidente de la Diputación de Avila, Sebastián González. El único coordinador que se mantiene es Gabriel Elorriaga, que dirigió la campaña electoral de Rajoy.

EL PROYECTO DEL PRESIDENTE De los nombramientos, el que más concitó preguntas de los informadores fue el de Aragonés, director del gabinete de la Presidencia del Gobierno desde 1996 y la persona que más encarna el proyecto de Aznar. En un ejercicio de filigrana, Rajoy lo ha designado su adjunto en la secretaría general, con la perspectiva de conservarlo como adjunto si consigue la presidencia del partido en el próximo congreso nacional, previsto para este año. En la práctica, Aragonés será el número tres del partido, tras Rajoy y Angel Acebes, que el martes pasado fue designado secretario general adjunto con vistas a ser secretario general cuando Rajoy aspire a la presidencia del partido.

Rajoy afirmó que Aragonés se mantendrá fuera de la estructura del partido y trabajará en la coordinación de "los grupos institucionales", en probable referencia a los grupos parlamentarios y territoriales. Sin entrar en más detalles, señaló que tendrá "funciones varias", hará "lo que ha hecho siempre" y tendrá la capacidad de mando que le dé "en cada momento".

SOLO UN PUESTO Rajoy afirmó que en esta etapa del PP no quiere "a nadie en más de un puesto", y citó como única excepción a Javier Arenas, a quien ayer designó presidente de la Unión Interparlamentaria Popular. Arenas es vicesecretario general del partido y líder del PP andaluz.

A la pregunta de si Eduardo Zaplana dejará la jefatura del PP valenciano tras su designación como portavoz parlamentario, Rajoy dijo: "No he citado más excepciones de las que he citado; yo sé qué quiere hacer Zaplana". Este dijo después que decidirá en el congreso regional, posterior al nacional.

Respecto a la amenaza de Josep Piqué de abandonar la presidencia del PP catalán si la dirección del partido no modera su actitud hacia Cataluña, Rajoy dijo que Piqué es un "activo capital" del PP. Fuentes del entorno del exministro dijeron ayer que Rajoy le ha garantizado la "moderación" de Eduardo Zaplana, cuyo nombramiento como portavoz parlamentario ha disgustado a Piqué.