La pugna interna entre pragmáticos y ‘puigdemontistas’ aflora de nuevo en JxCat. El motivo es esta vez la investidura de Pedro Sánchez. Los primeros, encabezados por los presos Jordi Sànchez, Josep Rull y Jordi Turull, son partidarios de facilitar el camino al líder del PSOE, con una abstención si es necesario; los segundos, entre los que se encuentra la jefa de filas efectiva en las últimas elecciones generales, Laura Borràs, no creen que haya motivos para cambiar la política de bloqueo que impulsa Carles Puigdemont.

Los presos de JxCat han dejado clara su postura mediante una carta que han enviado a la dirección del partido. Sànchez, Rull y Turull, que son tres de los siete diputados que la formación heredera de Convergència tiene en el Congreso, exponen en siete folios sus razones a favor de una abstención para facilitar la investidura de Pedro Sánchez, según adelantó ‘Nació Digital’.

Fuentes posconvergentes destacaron en conversación con este diario que la misiva incluye “cinco grandes argumentos” sobre los que sustentan su posición, entre los que destaca su rechazo a la vía unilateral y la necesidad de que el inicio de la legislatura española aporte estabilidad al escenario político.

Es un punto de vista muy parecido al que expresó Artur Mas hace unos días, cuando se mostró partidario en Cataluña Radio de dar una oportunidad a Sánchez. “Prefiero a alguien que no le prenda fuego a mi casa aunque no aporte la solución”, dijo, decantándose por el líder socialista, pocas horas después de reunirse en Waterloo con Puigdemont. Los dos ‘expresidents’ abordaron sus desavenencias con respecto a la investidura en su encuentro, pero no llegaron a un acuerdo.

CÁLCULOS PARA LA SEGUNDA VUELTA

De prosperar, la abstención de JxCat permitiría a Sánchez superar la investidura, en la segunda votación del Congreso, con el apoyo de Unidas Podemos, PNV, Partido Regionalista de Cantabria (PRC) y Compromís, y aunque Esquerra votara en contra.

En los dos últimos días ha habido reuniones en las que han participado, entre otros, el líder del PDECat, David Bonvehí, con representantes del entorno de Puigdemont. También se abordó la cuestión de qué hacer en la votación de investidura en un encuentro que mantuvieron este jueves los cuatro diputados en libertad de JxCat con sus compañeros presos en la cárcel de Lledoners, confirmaron desde la formación.

Voces del PDECat, que recuerdan que los presos encabezaron las listas de JxCat en las últimas elecciones, aseguran que una abstención en la investidura “o incluso un voto a favor” ayudaría a impedir que se asiente la impresión de que ERC -que aún no ha decidido su posición formalmente- representa ahora al independentismo templado que puede influir en las políticas que afectan a la vida diaria de los catalanes.

Pero tres de los compañeros de los presos en el Congreso -Borràs, Jaume Alonso-Cuevillas y Míriam Nogueras- pertenecen al círculo de confianza de Puigdemont, y según las fuentes consultadas no están en absoluto por ayudar a Sánchez a continuar en la Moncloa.

JUNTS PER LA REPÚBLICA PIDE EL 'NO'

De hecho, otra corriente interna del atomizado universo posconvergente, Junts per la República, distribuyó el 25 de junio un argumentario en el que reclama “a las fuerzas independentistas” que voten ‘no’ a la investidura del líder del PSOE.

La asociación, que agrupa a diputados independientes de JxCat en el Parlament, defiende, entre otros argumentos, que el PSOE “forma parte del bloque del 155” o que la situación procesal de los presos “no variará, sea cual sea el sentido del voto de los grupos independentistas”. “Por responsabilidad, por coherencia y porque sería absurdo que las víctimas de la represión salieran al rescate del Gobierno de un Estado que criminaliza al independentismo, lo persigue y lo encarcela”, concluye el documento, se impone no facilitar la reelección de Sánchez.

La pugna no es más que un nuevo episodio de la lucha por el control de la herencia de Convergència. En el pasado reciente hay pistas para todos los gustos para aventurar qué visión puede imponerse esta vez. Los pragmáticos, cuando Marta Pascal todavía dirigía el PDECat, vencieron en el debate sobre qué hacer en la moción de censura que tumbó a Mariano Rajoy. Poco después, y en parte a causa de esa decisión, Pascal tuvo que dejar las riendas del partido. “No tengo la confianza de Puigdemont”, admitió entonces.

En febrero, los ‘puigdemontistas’ ganaron la batalla y lograron que el PDECat contribuyera a la derrota de Sánchez en la votación de los Presupuestos del Estado del 2019. En aquella ocasión, los presos también se habían pronunciado a favor de dar vía libre a las cuentas. El fracaso del proyecto provocó que Sánchez convocara elecciones. Y ese mismo riesgo -para una formación cuyo vigor mengua en cada convocatoria- es el que está ahora sobre la mesa.