La célula islamista desarticulada el lunes estaba integrada por tres miembros del GIA argelino y por delincuentes comunes. Entre los 18 detenidos, --8 estaban en libertad y 10 encarcelados-- sólo figura un español, Baldomero Lara, que fue arrestado en la cárcel de Pontevedra por haber enviado y recibido cartas de los implicados en esta red. Los demás son árabes y, según la correspondencia intervenida, estaban dispuestos a cometer acciones suicidas.

Los tres miembros del GIA ya fueron detenidos en Valencia en la misma redada en la que cayó Allekama Lamari, el jefe del comando del 11-M y séptimo suicida de Leganés. Abdelkrim Benesmail, Mohamed Amine Akli y Bachir Belhaken están en prisión desde 1997. En cambio, Lamari fue excarcelado en el 2002 debido a que el Supremo tardó en notificar a la Audiencia Nacional la ratificación de su condena. El Alto Tribunal abrió ayer una investigación al respecto.

El resto de los detenidos el martes --al menos los localizados en las cárceles-- son presos comunes. La mayoría de ellos se dedicaban a robos y allanamientos de morada y actuaban en Almería y Madrid. Además, todos tienen un largo historial delictivo. Cuatro de ellos cumplen condena desde el 2001, uno desde el 2003 y otro desde el 2000.

ORDEN JUDICIAL La célula desarticulada quería volar el edificio de la Audiencia Nacional con un camión cargado con, al menos, 500 kilos de goma-2, según la declaración policial de un testigo protegido. Esta red había sido organizada por el argelino Mohamed Achraf, preso en Suiza por utilización de pasaporte falso. El juez Baltasar Garzón ultima una orden de extradición contra él, ya que las autoridades suizas han exigido ese trámite para autorizar su entrega a España.

El magistrado no remitirá la orden hasta que concluyan las declaraciones judiciales de los arrestados con el fin de concretar las acusaciones que pesan contra Achraf, un emir (jefe) de radicales islamistas en Europa, que había vivido en diversas localidades españolas y había estado en la cárcel entre julio del 1999 y finales del 2002 por estafa y falsificación de moneda. En este tiempo pasó por las cárceles de Valdemoro (Madrid), Topas (Salamanca) y salió en libertad de la de Palma de Mallorca, de donde fue a Francia o Suiza, donde ha sido detenido. También estuvo preso varios años en Argelia.

Las autoridades australianas también colaboran en esta investigación. Fuentes policiales citadas ayer por la SER revelaron que en esta operación se han fugado cuatro personas. Una de ellas se escapó en febrero del 2003 de la cárcel de Orense y podría ser el número dos del grupo.

LOS CONTACTOS Según el relato del testigo protegido a la policía, Achraf le pidió que escribiera a dos de los arrestados, Hoari Jera, preso en La Coruña, y Said Afif, internado en Topas. También le comentó que esos internos se carteaban con un tercero, Addila Mimon, ingresado en Pontevedra, y con Eddebdouibi Taoufik, en Zaragoza, ya que habían reclamado asistencia religiosa.

El pasado 19 de septiembre, ingresó en prisión el mauritano Kamara Birahima que coincidió en su anterior estancia en la cárcel, entre 1999 y 2002, con Achraf. Este joven, especializado en robos, era la persona que se iba a encargar de comprar los 1.000 kilos de goma-2. El martes, las informaciones lo daban por desaparecido, aunque en realidad se hallaban en la cárcel.

El testigo protegido explicó a la policía que Birahima iba a adquirir los explosivos a un gitano de El Ejido (Almería), pero la operación se frustró porque no le llegó el dinero que le tenía que mandar Achraf y porque el comprador desconfió de él por ser "negro" y no "uno de los moros que se interesan" por el mencionado explosivo.