Desde 1970, cuando todavía era un príncipe joven, padre de tres niños revoltosos, hasta el 2010, han sido numerosos los viajes que el monarca ha realizado de forma oficial a Aragón. A pesar de su tradición republicana y anarquista, Juan Carlos I es el único Borbón con calles y plazas a su nombre y que ha encontrado el calor de los ciudadanos en sus múltiples visitas.

En aquella primera visita, por Binéfar, Tamarite y Zaragoza, la Familia Real visitó el Pilar y los infantes se vistieron de baturros, una estampa que luego se ha sucedido en sus múltiples viajes a una tierra que conoce bien desde que, hace más de 50 años, le acogiera como cadete la Academia General Militar.

"Son incontables las ocasiones en las que el Rey ha venido a Aragón, tanto en viajes privados como oficiales, y raro es el año en el que no hubiera cuatro o cinco visitas reales", comenta un exalto cargo del Gobierno autonómico que recuerda "las buenas relaciones que ha mantenido con las instituciones aragonesas" que en algunos casos, como con Marcelino Iglesias o José Antonio Labordeta, "han llegado a ser relaciones personales".

Especialmente recordadas son las dos visitas más largas del monarca en Aragón. La efectuada en noviembre de 1981, varios meses después del intento de golpe de Estado. Además de Zaragoza, su estancia en Alcañiz y concretamente en Andorra, donde reclamó industrias y aceptó las reivindicaciones de las Cuencas Mineras, fue ampliamente recogida por todos los medios de comunicación estatales. El Rey ha tenido querencia a esta zona de Aragón, que también visitó en el 2002, incluyendo además el Matarraña. Ese año también estuvo varios días en la comunidad autónoma, en una visita que recuerdan con especial intensidad los servicios de protocolo y el complejo operativo con helicóptero que se estableció.

Huesca, Sos del Rey Católico, Zaragoza, Teruel, Andorra, Alcañiz, Utrillas... Son algunos de los municipios que han contado con la presencia del monarca. "El Rey siempre mostraba un profundo conocimiento de los lugares que visitaba, como pasó con su visita a tierras mineras, y es de trato fácil, a pesar de que siempre había que estar muy atento por su facilidad para saltarse el protocolo", indica un asistente a muchos de sus viajes. En la mayoría de ocasiones en que ha pernoctado en Aragón, lo ha hecho en Zaragoza. Bien en el Gran Hotel, en la Cartuja o, menos veces, en dependencias del Gobierno.

Además de sus viajes de ocio, muy numerosos, y las inauguraciones de grandes acontecimientos, en ocasiones ha asistido tras recibir invitaciones de la Cruz Roja de Huesca o por el Compromiso de Caspe.