Aunque desde Expoagua se aseguraba desde el primer día que había que tener claro que la exposición no era un festival y que por lo tanto las actuaciones deberían complementar y no ser la esencia misma de la muestra, todo el mundo tenía claro que los espectáculos se presentaban como una de las claves del éxito de la muestra que hoy cierra sus puertas. Y, entre ellos, destacaba por encima de todos los del Anfiteatro 43 y la Feria de Zaragoza, el corazón de las noches Expo.

Y lo cierto es que el resultado de una programación en la que se ha combinado la danza, la música (desde la más actual hasta la clásica incluida con alguna función de ópera pasando por la electrónica) ha sido un éxito rotundo si uno se atiene a las cifras de público que, prácticamente, noche tras noche ha abarrotado este escenario. Bien es cierto que, en algún caso, habría que plantearse si eso hubiera ocurrido si el concierto se hubiera realizado en algún sitio de pago.

Lo que no se puede negar es que algunos artistas se han dado un auténtico baño de masas. Juan Luis Guerra congregó a más de 20.000 personas en torno al escenario más grande de la muestra; Carmen París a más de 13.000; Rubén Blades a 10.770 espectadores y Diana Krall y Toumani Diabate a 10.000 personas, en lo que serían las cinco actuaciones más numerosas. El top ten del Anfiteatro 43 lo completan Dulce Pontes y Estrella Morente, los chicos de OT, Sara Baras, Mayumaná y Alanis Morrisette. Todos por encima de los 7.000 espectadores.

Un universo distinto pero paralelo ha sido el que se ha vivido en la Feria de Zaragoza (un lugar que se habilitó para acoger a más de 20.000 personas) que ha acogido los tres que supuestamente iban a ser los grandes conciertos de la Expo: Bob Dylan, Bunbury y Gloria Estefan. En ninguno de ellos se han alcanzado cifras estratosféricas. El norteamericano congregó a 9.820 personas (siendo muy generosos), el aragonés errante sumó más 13.000 fieles mientras que Gloria Estefan ofreció su concierto ante 6.000 personas.

Lejos de esas cifras, pero con un público más que numeroso, The Chieftains, Coti, Adriana Varela y Jorge Drexler hicieron del escenario de la plaza Aragón un lugar donde la gente se congregó para escucharles actuar. The Chieftains reunió a más de 4.000 personas y el argentino Coti congregó a más de 2.000 espectadores.

En el debe de tanta cifra abrumadora habría que fijarse en la programación en sí y en algunos conciertos que no respondieron a las expectativas creadas. Fue el caso del que ofrecerion Enrique Morente y Salif Keita en el que la tan esperada fusión del flamenco con los ritmos africanos no se produjo ya que cada uno se limitó a interpretar su repertorio.

A pesar del gran nivel de la programación se han echado en falta, quizá, artistas que traspasaran fronteras como pudieran ser Madonna o los mismos Coldplay, por nombrar algunos que han estado de gira europea este verano y que no han podido ser contratados por el ajustado presupuesto de la muestra. No es un festival pero quizá la presencia de alguna de estas grandes estrellas hubiera disparado, sin duda, la repercusión del evento. En vez de Madonna y Coldplay, el público ha disfrutado con Diabate, Björk, Paul Weller, Patty Smith, Dulce Pontes, Enrique Morente, Salif Keita, Los Lobos, Stray Cats, Los Tigres del Norte... y muchos otros que, dicho sea de paso, tampoco estuvieron mal.