El porcentaje de mujeres con estudios superiores es mayor al de los hombres desde el año 2009 y desde entonces esta balanza no de dejado de inclinarse a favor de las féminas. Sin embargo, su presencia en el mercado de trabajo sigue siendo inferior. Según el estudio presentado ayer por el CESA, en torno al 50% de las mujeres en Aragón y en España con edad entre 30 y 34 años tienen estudios superiores, cuando apenas un 35% (42% en Aragón) los tienen en el caso de los hombres.

El informe también pone de manifiesto que las diferencias de especialización persisten, siendo otro de los factores que explican la brecha salarial por género. Así, el porcentaje de mujeres en el acceso a los grados universitarios supera el 60% en Educación, Salud y Servicios Sociales, mientras que es inferior al 25% en informática, ingeniería e industria.

También persisten las diferencias a favor de los hombres en experiencia, formación continua e interrupciones en la vida laboral, lo que agranda esa brecha. «La división tradicional de tareas por sexo hace que las mujeres tengan carreras profesionales más cortas y discontinuas, por lo que participan menos en formación específica», asegura el informe del Consejo Económico y Social, que apunta que la menor experiencia acumulada, la menor inversión en formación y la depreciación del capital humano durante las interrupciones explicarían por qué los salarios de las mujeres pueden ser menores.

LA VIDA LABORAL / En este sentido, cabe destacar que la duración media de la vida laboral de los hombres en España se viene manteniendo estable en los 37-38 años, frente a la tendencia creciente de la de las mujeres, que entre el 2008 y el 2018 ha pasado de 30 a 33 años. En ambos casos se sitúan entre los más bajos de la Unión Europea, superando solo a Italia y Grecia, y con valores similares a los de Francia.

Además del presidente del CESA, José Manuel Lasierra, en la presentación del estudio también participó la directora del Instituto Aragonés de la Mujer, María Goikoetxea, quien lamentó que los sectores más feminizados son los que sufren más parcialidad y temporalidad. «Los cuidados han recaído siempre en las mujeres por imposición social, algo que no es concebible», lamentó Goikoetxea, que subrayó que todo esto tiene su repercusión en las pensiones que reciben las mujeres.

Así, la directora del IAM abogó por impulsar políticas públicas que ayuden a reducir la brecha, si bien reconoció que se van consiguiendo avances en los planes de igualdad de las empresas aunque «muy poco a poco». «Las mujeres se han ido incorporando al mercado laboral, pero los hombres no han hecho lo propio con las tareas del hogar», lamentó Goikoetxea, que subrayó que es imprescindible la «corresponsabilidad».

En la jornada de presentación del estudio se celebró una mesa de debate moderada por Pilar Arranz, directora del Observatorio de Igualdad de género de la Universidad de Zaragoza. Alicia Asín (cofundadora de Libelium), Sara Martín (presidenta del comité de empresa PSA-Opel) y Laura Cortel (responsable de relaciones externas de Mercadona) reflexionaron sobre las acciones que pueden adoptarse para reducir la brecha salarial e incidieron en el ncesario impulso de la conciliación laboral.