Ni uno, ni dos, ni tres. Cinco generosos traseros, cuidadosamente expuestos, componían el harén particular que Ronaldinho Gaucho acomodaba estos días en su lujosa mansión del barrio carioca de Barra da Tijuca. Sonriente, gracias a una dentadura recientemente renovada, el exjugador barcelonista hacía gala de su fama de mujeriego empedernido con su última excentricidad. La famosa foto de la piscina titulada "A bola da vez", algo así como "la buena vida", ha circulado de manera viral por todo Brasil en los últimos días. Sin embargo, los rumores sobre fiestas de tres días, orgías y demás excesos de R10 venían escuchándose desde tiempo antes.

Al parecer, las sonadas vacaciones del gaúcho en Salvador de Bahía, donde pasó las Navidades, fueron una secuencia de despropósitos y desenfreno, según informó la prensa local. Pero ha sido esta plasmación gráfica la que ha puesto el grito en el cielo en un país en el que la doble moral se impone. Mientras tanto, el eterno soltero, ajeno a la polémica y, sin duda, bien acompañado, apura sus últimos días de vacaciones antes de reincorporarse a los entrenamientos de su actual equipo, el Atlético Mineiro.