El pasado septiembre, Selena Gómez, de 25 años, compartió una imagen en su cuenta de Instagram que dejó en shock a miles de fans. Con la foto reveló a sus seguidores que se había sometido a una operación de trasplante de riñón y que se lo había donado la actriz Francia Raísa. En la instantánea se veía a las dos amigas cogidas de la mano, sonrientes y mirándose a los ojos, en una habitación de hospital, tras el trasplante renal.

Unos meses después de la intervención, la intérprete de Wolves, confesó en People los duros momentos que vivió y que no quiso pedirle a nadie ese favor de vida o muerte. Por suerte, su buena amiga se ofreció a donarle su riñón.

Y ahora ha sido Raísa quien ha contado cómo se sintió tras donar el riñón a Selena, no solo en el aspecto físico, sino también en lo emocional.

La joven, de 29 años, ha colgado un vídeo, que supera el millón y medio de visualizaciones, donde la estadounidense enseña las cicatrices que la operación dejó en su abdomen, pero asegura que son marcas de un aprendizaje que puso su vida en perspectiva. La actriz sostiene que, tanto su amiga Selena como ella misma, cayeron en una depresión tras la cirugía. La cantante, por las complicaciones surgidas a partir de la operación, que la pusieron al borde de la muerte e hicieron que volviera a sufrir los problemas psicológicos que ya la mantuvieron retirada algunos meses entre el 2016 y el 2017.

Raísa también ha confesado que la recuperación fue muy distinta a como se la había imaginado. Además, reconoce que le resultó duro hacer reposo durante tantos días y recuerda que durante muchos días ni comía. Según la joven, el 2017 fue un año atroz. «Ha sido el más loco de mi vida. He pasado por cambios enormes. ¡Es una locura!», asegura.