Gucci se ha visto envuelta en la última polémica racista protagonizada por una marca de lujo italiana en los últimos meses. Como en el caso de Dolce & Gabbana y Prada, la firma de las dos G se ha tenido que disculpar y retirar un artículo, en este caso un jersey de la colección de mujer de otoño invierno. Es una prenda de 890 dólares (780 euros) de color negro y de cuello cisne que tapa hasta la mitad de la cara con una obertura roja a la altura de la boca. Además de la incomodidad de no permitir respirar por la nariz, muchos usuarios han denunciado que el diseño resulta «ofensivo», pues recuerda a las viejas caricaturas racistas que se hacían para representar a las personas negras.

«Gucci se disculpa profundamente por la ofensa causada por el jersey de lana con pasamontañas. Consideramos que la diversidad es un valor fundamental que se debe mantener, respetar y estar presente en cada decisión que tomamos», ha anunciado la firma. La prenda, sin embargo, sigue a la venta. Tal y como recoge el Daily Mail, esta tienda on line ha explicado que «el jersey no tiene nada que ver con una imitación de personas negras ni con el racismo», sino que está «inspirada en los viejos pasamontañas que usaban los esquiadores». Pero, ante las susceptibilidades, ha sido retirada.

EL DESLIZ DE PRADA

Esta polémica con Gucci se suma a la que en diciembre protagonizó Prada, que también tuvo que retirar de la venta un muñeco de 550 dólares después de que los usuarios de las redes sociales denunciaran su gran parecido con las caricaturas racistas que históricamente se usaron para deshumanizar a las personas negras.

«Son criaturas imaginarias que no pretenden tener ninguna referencia con el mundo real y, ciertamente, no son caras negras», dijo entonces la compañía. «El Grupo Prada nunca tuvo la intención de ofender a nadie y aborrecemos todas las formas de racismo e imágenes racistas. Por eso, retiraremos todos los personajes de la circulación», señaló.

Solo un mes antes, en noviembre, Dolce & Gabbana tuvo que cancelar un desfile previsto en Shanghái, tras el revuelo que suscitaron unos vídeos publicitarios en los que aparecía una joven china tratando de comer con dificultad comida italiana con palillos. Los espots fueron tachados de «racistas» y retirados por los diseñadores, que también se disculparon tras el boicot. La protagonista de la campaña, además, confesó recientemente que rodar ese vídeo ha «arruinado» su carrera.