La mayoría demócrata de la Cámara de Representantes podría poner en marcha el impeachment o destitución. La Constitución establece que la Cámara puede lanzar el proceso por mayoría simple. Pero luego pasaría al Senado, donde debería tener el apoyo de dos tercios de la Cámara (67 senadores). El impeachment a Clinton fue aprobado por la Cámara de Representantes, pero rechazado en el Senado.

La victoria demócrata en el Congreso supone un duro golpe a las ambiciones legislativas de Trump, ya que cualquier ley tiene que ser aprobada por la Cámara y el Senado y por ello necesita llegar a consensos con los demócratas. El muro con México que pretende levantar Trump para contener la inmigración está ahora más lejos, así como la pretensión de aprobar un nuevo recorte de impuestos y el desmantelamiento de la reforma sanitaria de Obama.

Con la mayoría en la Cámara baja, los demócratas tendrán el control de todos los comités de la Cámara y podrán impulsar todas las investigaciones que deseen. Por ejemplo, podrán indagar sobre las declaraciones fiscales de Donald Trump, sus posibles confictos de intereses o los vínculos de su campaña presidencial con Rusia, el llamado Rusiagate, asunto investigado por el fiscal especial Robert Mueller.