Una bomba trampa, colocada en una bicicleta aparcada junto a un camión, causó ayer 15 muertos, más de la mitad escolares, y medio centenar de heridos en la ciudad de Kandahar, el antiguo feudo talibán en Afganistán. La explosión de un pequeño artefacto en una zona residencial sirvió de cebo para concentrar a numerosos curiosos en el lugar, entre ellos muchos niños de una escuela próxima, y parte de ellos perecieron al estallar una segunda bomba de gran potencia.

Tras constatar que se trató de un "atentado terrorista", la policía anunció la detención de un hombre que huía del lugar y puede estar relacionado con el hecho. El presidente afgano, Hamid Karzai, condenó "el cruel atentado" y apuntó a "los enemigos de Afganistán" como responsables del nuevo ataque.