Forzado por las crecientes críticas demócratas por haber usado datos equivocados de la CIA para lanzar la guerra contra Irak, y por su pronunciada pérdida de apoyo popular, el presidente de EEUU, George Bush, encabezará hoy personalmente la ofensiva diseñada por sus asesores para ganar su reelección, concediendo una entrevista al programa de gran audiencia Encuentro con la prensa, de la cadena NBC.

Se trata de una maniobra poco corriente, pues Bush no suele hacer declaraciones públicas los domingos pero, como explicó uno de sus asesores a USA Today, "la mejor defensa es un buen ataque, y el presidente dejará claro lo que ha hecho y cuá- les son sus planes para el futuro".

"El presidente está ansioso de participar y poder hablar sobre su política, las decisiones que ha tomado y por qué está haciendo de la nación un lugar más seguro", dijo ayer Dan Bartlett, el director de comunicación de la Casa Blanca. "El se siente más cómodo hablando de estas decisiones y cree que el país quiere que el presidente comente estos temas", añadió.

PREOCUPACION REPUBLICANA La entrada en liza del propio George Bush en este asunto demuestra la preocupación de los republicanos por detener la hemorrágica pérdida de apoyo que ha sufrido durante el pasado mes de enero cuando, por primera vez, los sondeos han anunciado que le respaldan menos de la mitad de los ciudadanos.

Una encuesta que este viernes publicó la agencia informativa Associated Press fijó su popularidad en un 47%; precisamente, la misma que tenía su padre pocos meses antes de perder el sillón presidencial al enfrentarse a Bill Clinton.

VOLVER A LA LUNA Estas cifras, sumadas al peligroso debate que están azuzando los demócratas sobre si exageró el peligro que suponía Irak para justificar la guerra, forzaron a la plana mayor republicana a lanzar su estrategia defensiva. El primer paso fue el nombramiento, el pasado viernes, de una comisión que investigue si eran erróneos los datos del espionaje sobre los arsenales de armas prohibidas de Sadam Husein, como dijo David Kay, exjefe de inspectores de armas de EEUU.

Además, fuentes de la Casa Blanca han reconocido que los asesores del presidente están muy sorprendidos de que los estadounidenses hayan acogido con tanta indeferencia las promesas de Bush de volver a la Luna y colonizar Marte.