Altos responsables de la Administración de Bush han confesado que mantendrán la mayor parte del control sobre el Ejército del país después del traspaso de poderes a los iraquís.
Aumentando el riesgo de otro enfrentamiento con la ONU, Washington ha anunciado que no concederá a Bagdad el poder de redactar nuevas leyes o cambiar las que ha impuesto el virrey de EEUU, Paul Bremer.
Las tareas que cumplían las tropas españolas, hondureñas y dominicanas serán asumidas por unidades de EEUU.