Las elecciones presidenciales estadounidenses del próximo martes son cruciales para este país... y también para el resto del mundo.

Este martes, dos filosofías enfrentadas en todos y cada uno de los aspectos del debate sociopolítico, la discusión cultural, las relaciones internacionales y las teorías económicas se disputarán una presidencia (2004-2008) que determinará si Occidente es capaz o no de ganar al terrorismo --representado por Osama bin Laden, que irrumpió el viernes en la campaña electoral-- y sentar las bases de una convivencia global basada en la legislación internacional y no en el empleo de las armas.

La situación actual de enfrentamiento político, definida sin tapujos por la revista Time en su primera página de la edición de esta semana como "La guerra incivil", deberá compaginar la lucha contra el terror con la recomposición de la unidad nacional y el acercamiento al aliado europeo.

En una encrucijada

¿Qué candidato está más preparado para llevar a cabo esta difícil labor? ¿George Bush o John Kerry?

En EEUU, los ciudadanos están divididos. El 50% se decanta por Bush y el otro 50%, por Kerry. El martes, un puñado de varios miles de votos podría decantar la balanza de la victoria. Nunca unas elecciones a la presidencia habían significado tanto para este país.

"Si gana Bush, veremos una presidencia muy diferente a la de estos primeros cuatro años, los segundos mandatos suelen dar al presidente una perspectiva histó- rica y la necesidad de dejar un legado. Esa situación podría determinar un cambio de estilo radical en las ideas de Bush, pero claro, eso es sólo una hipótesis", ha explicado a este diario un alto funcionario del Departamento de Estado que pide el anonimato.

Son muchos los que desean que gane Kerry, pero son muchos también los que consideran que la gestión de Bush no permitiría a otro presidente actuar con celeridad para evidenciar el cambio. La complejidad y la influencia de EEUU es mayor que la de España, obviamente, donde José Luis Rodríguez Zapatero pudo pulverizar en semanas algunas de las construcciones políticas del PP, sin costes políticos ni personales importantes.

"Si gana Kerry, la aproximación de la presidencia a la lucha contra el terrorismo y la guerra de Irak será muy cauta", añade el diplomático, un experto en relaciones entre EEUU y Europa.

Básicamente, el proyecto de Bush para los próximos cuatro años en materia terrorista es impermeabilizar aún más las fronteras de EEUU, enviar más tropas a los puntos calientes del planeta y renovar las medidas de excepción previstas por la Patriot Act, una ley especial que se aprobó después del 11-S y que comporta una mayor restricción de las libertades civiles. También tiene previsto mantenerse firme en el control de lo que denominó el "eje del mal" y, por tanto, seguirá sin abrir un diálogo con Corea del Norte e Irán.

En definitiva, Bush endurecerá su posición en busca de más seguridad. En el lado opuesto, si gana Kerry también duplicará los efectivos militares y de espionaje en el extranjero. Se apoyará en la OTAN, endurecerá las relaciones con Irán y Arabia Saudí, suavizará la Patriot Act y abrirá el proceso de diálogo con el Gobierno norcoreano.

Este es, en definitiva, el panorama, la cara y la cruz, la encrucijada en la que se encuentran EEUU y el resto del planeta.

¿Y que pasará en Irak?

Bush iniciará una ofensiva militar devastadora para reprimir la insurgencia y mantendrá su política de no dar su brazo a torcer.

Kerry, que considera que ésta es "una guerra equivocada en un lugar erróneo y en un mal momento", no se retirará. Enviará más tropas para pacificar el país y lograr apoyo europeo, e iniciará una retirada escalonada a partir de mediados del 2005.