Nueva York Cerrada al público a causa de los atentados del 11-S, la Estatua de la Libertad volvió a abrir sus puertas ayer tras casi tres años de trabajos de remodelación y mejora de los sistemas de seguridad. Una de las novedades es que los visitantes ya no podrán subir hasta la corona y la antorcha, aunque podrán admirar la estructura interior gracias a la instalación de una claraboya.