Casi nadie confiaba ayer en Haití en que el nombramiento de un nuevo primer ministro por parte del consejo de sabios viniera a poner algo de paz y tranquilidad en un ambiente teñido por la violencia desbocada. Al menos tres personas murieron en la capital durante confusos tiroteos en los que intervino la fuerza internacional de paz, que mantenía un estado de sitio en medio del pillaje, las barricadas y los neumáticos humeantes. Volvieron las pintadas independentistas de "koupe tet, boule kay" ("cortad cabezas, quemad casas").

Un taxista murió y su pasajero resultó herido en un control para evitar los saqueos en la zona industrial contigua al aeropuerto. El taxi se aproximó a "excesiva velocidad", según los soldados estadounidenses y franceses que lo acribillaron. La gente salió del barrio pobre de Belait y los apedreó. Grupos de chimeres y maleantes cerraron el acceso al aeropuerto para "atacar a las fuerzas yanquis", o evitar la llegada de la policía para lanzarse al pillaje.

Otros dos hombres fueron alcanzados por las balas y permanecieron varias horas en medio de la sangre y los curiosos. La policía acabó de dispersar a tiros y patadas a los desesperados de Belait. La zona estaba llena de cartones de cajas que cargaron los saqueadores y que, al ser perseguidos, rompieron para escapar con su contenido, el que fuera.

"BALAZO ABDOMINAL" Los heridos de bala colapsaron los hospitales. En el de Canapé Vert, fuertemente vigilado por tropas francesas y de EEUU, los empleados recordaban a Ricardo Ortega como "el periodista español que murió el domingo". El doctor Philippe Rousseau señaló en el parte que el "balazo abdominal resultó mortal". Una enfermera explicó: "Teníamos los medios para atenderle, pero no hubo tiempo de operar".

Mientras varios de sus amigos revelaron que Ortega les aseguró que fue despedido de Antena 3 por "presiones de la Moncloa" después de la cobertura que hizo de la guerra de Irak, los restos del periodista fueron incinerados ayer en el cementerio madrileño de la Almudena. Las cenizas del corresponsal descansarán en la localidad alicantina de Dénia, donde su familia reside.

El director de la policía, Leon Charles, aseguró que ya disponía de "algunas informaciones" sobre sus asesinos y prometió "actuar rápidamente", ardua tarea cuando los chimeres se reparten por los barrios misérrimos de la ciudad.

La Unión Africana estimó que la salida del poder de Jean-Bertrand Aristide fue "anticonstitucional", mientras Venezuela apoyó la propuesta de la Comunidad del Caribe (Caricom) de efectuar una investigación en el seno de Naciones Unidas. La ONU pidió 35 millones de dólares en asistencia de emergencia, al mismo tiempo que Kofi Annan solicitó "no un esparadrapo", sino "un compromiso a largo plazo" de la comunidad internacional con Haití.