Eran mujeres, niños y ancianos, además de soldados regulares del Ejército de Irak, hasta que llegó el Estado Islámico. Los yihadistas estuvieron allí tres años, del 2014 al 2017. Castigaban a todo aquel que no pensase exactamente de la misma forma que ellos; los que lo hacían pagaban con la vida.

Naciones Unidas publicó ayer un informe en el que explica que, en los últimos meses, ha encontrado unas 200 fosas comunes hechas por los yihadistas. Dentro, varios miles de cadáveres de los que antes habitaban Irak. Hasta que llegaron ellos.

Los cuerpos aún no han sido identificados. Hay miles de mujeres, hombres y niños sin identificar. Las fosas comunes han sido encontradas en las provincias de Nineveh, Kirkuk, Salah al Din, Anbar y Mosul. Esta última fue, en su tiempo, la capital del EI junto con Raqqa, en Siria.