Israel señaló ayer a Al Qaeda o a algún grupo afín como responsable de los sangrientos atentados contra dos centros turísticos repletos de israelís en las localidades egipcias de Taba y Ras al Sultán, en la península del Sinaí. El primer ministro israelí, Ariel Sharon, prometió que su Gobierno combatirá al terrorismo "por todos los medios posibles y sin contemplaciones".

Mientras en el Hotel Hilton de Taba continuaban los trabajos de desescombro, fuentes de las fuerzas de seguridad israelís señalaron con el dedo a los grupos islamistas. Como confirmando esta hipótesis, tres grupos diferentes asumieron la autoría de la matanza en comunicados en internet, y los grupos armados palestinos Hamás y la Yihad Islámica negaron estar implicados.

El viceministro de Defensa israelí, Zeev Boim, declaró que los atentados "coinciden con los métodos del terrorismo internacional de Al Qaeda". A su vez, el general del Ejército israelí Yair Naveh dijo que "los autores del atentado proceden del Sinaí", lo que implicaría que no se trata de una infiltración de palestinos. Fuentes de las fuerzas de seguridad egipcias también indicaron que el modus operandi señala a grupos islamistas de la órbita de Osama bin Laden más que a la resistencia palestina.

ATENTAR FUERA DE ISRAEL Hasta el momento, los grupos armados palestinos no han atacado objetivos israelís en el extranjero, aunque tras el reciente asesinato en Damasco de un dirigente de Hamás varios portavoces del movimiento amenazaron a Israel con exportar la Intifada. Sin embargo, es dudoso que los palestinos tengan capacidad para organizar un atentado de esta envergadura y también lo es que eligieran precisamente Egipto como el lugar donde efectuarlo, ya que ello pondría al presidente egipcio, Hosni Mubarak --mediador habitual en el conflicto--, en una delicada situación.

En las ruinas de lo que fue la recepción del Hotel Hilton, los equipos de rescate israelís proseguían la búsqueda de supervivientes, aunque con escasas esperanzas. Según el general Naveh, 30 personas continúan desaparecidas, aunque no hay confirmación de que se encontraran en el hotel. El atentado destruyó el registro, por lo que se desconoce cuánta gente estaba alojada y su identidad. Los trabajos son lentos, ya que gran parte del hotel fue destruido por la explosión de dos coches bombas. Entre los escombros, pueden verse numerosos objetos personales de los huéspedes, como ropa y tarjetas de crédito.

BAILE DE CIFRAS De las dificultades de los trabajos da fe que aún no haya una cifra exacta de víctimas. La mayoría de las fuentes hablan de 26 muertos --24 en Taba y dos en Ras al Sultán-- y 124 heridos. Diecinueve de las víctimas serían israelís y siete, egipcias, aunque otras fuentes señalan más de 30 muertos.

Las tareas de rescate no han estado exentas de tensiones entre egipcios e israelís. A pesar de que oficialmente Sharon ha agradecido a Mubarak la ayuda egipcia, los equipos de rescate israelí han puesto en duda la capacidad de sus colegas egipcios. Además, han denunciado que las autoridades fronterizas pusieron trabas al paso de ambulancias y a la entrada de soldados israelís con uniforme, y que exigieron identificación y trámites burocráticos a los heridos que iban dentro de las ambulancias. "Ponga que los egipcios no han ayudado en nada", pedía ayer una encargada de seguridad israelí en la terminal de Taba.