Después de ser aplazada dos veces por su delicada salud, el expresidente de Yugoslavia, Slodoban Milosevic, comenzó ayer su defensa acusando al Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia (TPIY), que lo juzga por crímenes de guerra contra la humanidad, de "falsear la historia con mentiras piadosas".

Milosevic dispondrá de 150 días para presentar sus argumentos y ha insistido en llevar él mismo su defensa y en interrogar personalmente a los más de 1.000 testigos que ha convocado, entre los que se encuentran el primer ministro británico, Tony Blair, y el expresidente de Estados Unidos Bill Clinton.

Milosevic, de 63 años, se mostró altivo, aunque más calmado que en ocasiones precedentes y, tras declarar que considera el TPIY "ilegal", aseguró que "los verdaderos culpables del conflicto yugoslavo son los países occidentales, especialmente Alemania y EEUU". Después, el expresidente proclamó: "Mi país fue excluido de la ONU sólo porque no aceptó su propia destrucción".

En cambio, para Heikelina Verrinjn Stuart, una jurista holandesa que sigue el caso, "sus argumentos podrían ser válidos pero no son pertinentes en este juicio, porque Milosevic está acusado de las violaciones de derechos humanos derivadas del conflicto".