Poco a poco, va quedando claro que los señores de la guerra de Irak falsificaron los datos para justificar sus ansias bélicas, manipularon las informaciones para convencer a los ciudadanos y espiaron a todo aquel que podía oponerse a su aventura militar, empezando por los países miembros del Consejo de Seguridad y llegando hasta el mismo secretario general de la ONU. Y ahora, Blair nos quiere persuadir de que son los que desvelan semejantes canalladas los que ponen en peligro a su país. Más bien, los que nos amenazan son gobernantes como el premier y sus amigos Bush y Aznar.*Periodista.