Durante el último mandato del PP, el Gobierno de José María Aznar expresó reiteradas quejas por la insuficiencia de medios que las autoridades francesas dedicaban a la lucha contra ETA. En la última cumbre, en la localidad francesa de Carcasona, en noviembre del 2003, Francia hizo el gesto de anunciar un incremento de policías destinados a esa misión que rondaría el 20%. Aunque expertos de ambos países lo consideraron "insuficiente", fue un paso adelante en la cooperación contra la banda terrorista. Las unidades especializadas francesas sólo contaban entonces con unos 60 agentes policiales, que el Gobierno español consideraba muy por debajo de lo necesario para evitar el refugio de etarras en el sur de Francia.

En la cumbre de Carcasona también se pusieron las bases, de manera inicial, al acuerdo que ahora se hará realidad y que permitirá a la policía de ambos países perseguir a los terroristas de ETA a uno y otro lado de la frontera, y detenerles utilizando sus armas reglamentarias.