Desde que el año pasado, por primera vez en su historia, los republicanos escogieron Nueva York como sede de su convención, han existido dudas sobre cuánto había de explotación política en la elección de la ciudad más castigada por los atentados del 11-S. Ayer, primer día de la reunión, las dudas quedaron despejadas: los republicanos están dispuestos a convertir la tragedia en el argumento electoral más fuerte para buscar la reelección del presidente, George Bush, el 2 de noviembre.

Los republicanos no muestran pudor. El eslogan de la convención es Cumpliendo la promesa americana: construyendo un mundo mejor y una América más segura . La foto de Bush abrazando a un bombero sobre las ruinas de las Torres Gemelas será la imagen más vista en esta reunión. Uno de los oradores destacados de la primera jornada, el que fuera alcalde de Nueva York durante los atentados, Rudolph Giuliani, intentó evocar con sus palabras la unidad que el presidente logró tras el 11-S.

"Al elegir un presidente no escogemos un republicano o un demócrata, un conservador o un progresista; escogemos un líder. Y en tiempos de peligro, como los que vivimos, los estadounidenses deben centrar su decisión en la cuestión del liderazgo", indicó Giuliani, adelantando uno de los ejes centrales de la convención.

CUALIDADES "Hay muchas cualidades que hacen un gran líder, pero tener sólidas convicciones y ser capaz de mantenerlas en momentos populares e impopulares es la característica más importante de un gran líder --continuó el exalcalde--. Bush ve el terrorismo mundial como el mal que es y será, y se mantendrá consistente en su propósito de derrotarlo, a la vez que trabaja para hacernos sentir siempre seguros en casa".

Las encuestas demuestran que la percepción de que Bush puede proteger mejor al país de ataques terroristas es una de las ventajas sobre su rival, el demócrata John Kerry. Eso explica la táctica republicana de utilizar la circunstancia en que el presidente logró unir más al país a su alrededor. Sin embargo, hasta las televisiones dudan de la ética de esa decisión. Algunas, como la pública PBS, han anunciado que intentarán evitar las imágenes relacionadas con el 11-S, pero también reconocen que será inevitable emitirlas si la propia convención las proyecta.

Para defenderse de los ataques por la explotación electoralista del 11-S, el presidente del Comité Nacional Republicano, Ed Gillespie, ha recordado que los demócratas también hablaron de los ataques terroristas en su convención, en Boston. "Ignorarlos sería como una convención en 1864 que no tuviera en cuenta la guerra civil", aseguró Gillespie el domingo.

La otra intervención destacada de la primera jornada la ofreció el senador John McCain, uno de los republicanos más moderados, que también utilizó su discurso para recordar el 11-S y el liderazgo de Bush. "Ha sido probado y ha superado el reto más importante de nuestro tiempo --dijo--. Le felicito por su determinación de hacer de este mundo un lugar mejor, más seguro y más libre. No ha temblado. No ha huido de las decisiones difíciles. No ha cedido. Y nosotros tampoco lo haremos", afirmó.

EL FIN DE LOS EXTREMISTAS El propio Bush muestra empeño en explotar el filón de la seguridad. "No podemos mostrarnos débiles en el mundo de hoy porque el enemigo explotaría esa debilidad --manifestó ayer durante una entrevista con la cadena NBC--. Cuando tenemos éxito en Irak y Afganistán, es el principio del fin de los extremistas".

Sin embargo, preguntado si EEUU va a vencer en la guerra contra el terrorismo, el presidente admitió: "No creo que se pueda ganar".