El camionero turco Murat Yuce se convirtió ayer en el octavo rehén extranjero asesinado frente a las cámaras en Irak. Los captores de Yuce, vinculados con el supuesto jefe de Al Qaeda en el país, Abú Musab al Zarqaui, divulgaron el vídeo de su ejecución a través de varias webs. La cinta muestra el momento en el que uno de los secuestradores le dispara tres veces en la cabeza con una pistola.

Antes de morir, Yuce fue obligado a leer un comunicado redactado por sus captores. La circular contiene una nueva y clara advertencia a las empresas involucradas en la reconstrucción del país: "Advierto a los turcos que vienen a trabajar en Irak de que toda acción que lleven a cabo aquí servirá a los intereses de los estadounidenses y constituirá una traición al islam y al pueblo iraquí".

RETIRADA INMEDIATA La amenaza tuvo efectos inmediatos. En Ankara, la Asociación de Transportadores Internacionales (UND) hizo pública su decisión de no trabajar más para las tropas estadounidenses en Irak. "Aún no hay garantías de seguridad ni estabilidad. En vista de los últimos acontecimientos, la asociación ha decidido detener todo transporte de mercancías destinadas a las unidades de EEUU en Irak", reza un comunicado divulgado en la capital turca. La UND representa a la mayor parte de las empresas turcas especializadas en transportes internacionales --unas 900--, 40 de las cuales habían sido contratadas por EEUU.

CRUZADA CONTRA EL ISLAM El camionero asesinado trabajaba para una de ellas, la compañía Bilintur, que pocas horas después de confirmar la muerte de su empleado informó del secuestro de otro de sus trabajadores. En total, tres conductores turcos permanecen secuestrados.

La noticia del asesinato del rehén no distrajo a los iraquís de la conmoción causada por la ola de atentados contra varias iglesias cristianas que tuvo lugar el domingo. El consejero de Seguridad Nacional, Muafaq al Rubaie, dijo que todas las pistas apuntan a Zarqaui como el principal responsable. A última hora de la tarde, sin embargo, el hasta ahora desconocido grupo Comité de Planificación y Seguimiento de Irak se atribuyó estos atentados.

"Las guerras en Irak y Afganistán forman parte de una cruzada de odio contra el islam y los musulmanes, y EEUU y sus agentes no han dudado en combatir el islam con la bendición del Papa", indica un comunicado divulgado en internet.

Juan Pablo II fue uno de los primeros en condenar los ataques. El Pontífice escribió de su puño y letra --algo poco habitual-- una nota dirigida al máximo líder cristiano de Irak, Emmanuel Delly, en la que pidió que "todos los creyentes en un solo Dios" se unan para "deplorar cualquier tipo de violencia".

CONDENAS Las condenas fueron la constante del día. Desde el líder shií Alí Sistani hasta el clérigo radical Moktada al Sadr, personalidades iraquís y del extranjero deploraron los ataques que dejaron 11 muertos. Todos hicieron un llamamiento a la unidad y advirtieron del peligro de que la situación en Irak degenere en un conflicto entre religiones.