El 28 de febrero, un joven del El Ejido fallecía por consumir el contenido de una botella de whisky encontrada en la calle, en unos contenedores. Según las primeras investigaciones, los seis jóvenes encontraron la botella en la localidad almeriense y consumieron de ella, algo que también hicieron dos personas de origen marroquí, entre ellos el fallecido, un varón de 30 años, que murió en los alrededores de la calle Trajano, cerca de las zonas de marcha de la capital almeriense.

En el contexto de una noche de juerga, el joven, junto con algunos amigos, decidió hacer botellón. Encontraron una botella de whisky en la calle y bebieron de ella. Resultado: un joven fallecido y varios intoxicados. En la botella encontraron restos de whisky y de una sustancia tóxica. Del hecho, surgen por lo menos dos interrogantes importantes que vamos a intentar analizar.

¿Qué llevó a estos chavales a beber de una botella de la que ni conocían la procedencia, ni conocían el contenido? El alcohol produce una cierta desinhibición de nuestra conducta de manera que nos hace hacer cosas que sin haber bebido no haríamos. Los adolescentes beben para lanzarse a ligar, ponerse a bailar, etc. Facilita el consumo de otras drogas, se producen más peleas y agresiones cuando se ha consumido alcohol, se dejan de respetar leyes, y un largo etcétera. Y también hace que dejes de ver el riesgo de beber de una botella que no se sabe qué contiene.

¿Cómo puede ser que no reconocieran el sabor de una sustancia tóxica aunque estuviera mezclada con alcohol? El alcohol es una sustancia depresora del sistema nervioso central, y, entre otras cosas, disminuye la capacidad de alerta de los sentidos, es decir, embota nuestra capacidad para percibir el mundo que nos rodea. Afecta a la visión, al tacto, a la audición y, evidentemente, al olfato y al gusto. Por ese motivo, tras varias copas encima, no percibieron el olor ni el sabor extraño.

En resumen, el alcohol, al que tan poca importancia se le da, nos lleva a consecuencias totalmente inesperadas y a las que no llegaríamos sin haber bebido.

Más información sobre el tema en Unidad de Atención y Seguimiento en Adicciones de las Cinco Villas (UASA Cinco Villas), un servicio situado en la calle Molino Bajo, número 17, de Ejea de los Caballeros. También se pueden hacer consultas a través de los teléfonos: 976677809 y 685909554. Y por correo electrónico: informaciondrogas@yahoo.es