Cuando la pandemia del covid-19 se ha ensañado con especial crudeza en las residencias de mayores, donde reside gran parte de la población más vulnerable al virus, los dos centros ejeanos, el municipal de la Fundación Elvira Otal y el privado Residencia Villa de Ejea, han logrado permanecer a salvo de esta amenaza gracias al trabajo de sus profesionales y a las medidas preventivas y de seguridad que se adoptaron desde un primer momento.

En el caso de la residencia municipal ejeana, esta empezó a tomar medidas de prevención ya cuando el coronavirus era noticia en Italia. Las restricciones al centro comenzaron el 6 de marzo y el día 12 se prohibieron las visitas de los familiares. También se habilitó una zona aislada en el centro de día, que desde el día 13 está cerrado, con camas para que, en el caso de tener un positivo, contar con un área reservada, se elaboró un protocolo de aislamiento y se formó un equipo de auxiliares, explica la directora-gerente del centro, Irama Zubiaur.

Además, a finales de marzo el 71% de los profesionales realizaron un gran sacrificio y, en una acción de gran valentía y responsabilidad, se acogieron a un aislamiento en sus propios domicilios y en el albergue municipal que se ha prolongado un mes. «Cincuenta personas aceptaron esta medida de manera voluntaria que se prolongó hasta el 26 de abril. Fue la recomendación que nos hicieron los dos médicos del centro porque el pico del contagio todavía estaba muy alto», señala Irama Zubiaur.

Una situación difícil pero que ha servido para que «el equipo esté más unido que nunca. En los cambios de turno, las que salían aplaudían a las que entran. Es una de las cosas positivas que extraemos en estos días de gran unión y compañerismo», resalta la gerente.

Y el excelente trabajo profesional y humano de toda la plantilla del centro, desde auxiliares, a equipo limpieza, lavandería, equipo cocina, equipo de servicio de ayuda y de comidas a domicilio, que siempre realizan con todo su corazón y una gran sonrisa, ha permitido que los mayores residentes sigan con su día a día habitual, sus rutinas, ejercicios, paseos por el jardín, sesiones de cine… e incluso celebraron a su manera las Fiestas del Agua con el pañuelico azul o el día de San Jorge.Además, mantienen el contacto con sus familiares aunque este sea a través de videoconferencias.

También la residencia privada Villa de Ejea ha logrado mantenerse a salvo de esta pandemia. «Hemos tomado medidas y seguido todas las directrices de seguridad pública. Aquí hace dos meses que no entra nadie de fuera», explica su director, Fernando Acín. Sin embargo, los mayores no han perdido el contacto con sus familiares ya que siguen hablando con ellos a través del WhastApp o videoconferencias. «Y tenemos la suerte de contar con un gran jardín a cuyo exterior se acercan las familias y pueden ver a los residentes pero manteniendo la distancia», detalla.

Además, los usuarios siguen con sus rutinas ya que los 40 trabajadores del centro se han esforzado al máximo para que su normalidad no se viera alterada. Incluso han disfrutado de los dulces o pasteles donados por comercios ejeanos a quienes agradecen el gesto.

Por todo ello, a través de una videoconferencia, la alcaldesa de Ejea, Teresa Ladrero, y la concejala del Mayor, Raquel Laita, agradecieron y reconocieron a los profesionales de ambas residencias y del servicio de ayuda a domicilio el gran esfuerzo que están haciendo para proteger la vida de los mayores. «Sois un ejemplo a seguir», dijeron. T