Aragón se quedará este verano sin fiestas patronales, salvo una tremenda mejora en la situación sanitaria. Así lo acordaron el 20 de mayo el Gobierno de Aragón y los municipios, representados por la Federación Aragonesa de Municipios, Comarcas y Provincias (FAMCP) y las diputaciones provinciales, y los consistorios de las tres capitales de provincia. Una reunión con la consejera de Presidencia, Mayte Pérez, en la que también se acordó retrasar la apertura de las piscinas al menos hasta julio y no reabrir las escuelas infantiles hasta septiembre.

Según informó el Gobierno de Aragón, las medidas han sido acordadas por consenso, en una reunión telemática y, en cualquier caso, volverán celebrar un encuentro en 15 de días, el 3 de junio, por si el avance de los acontecimientos dejase sin efecto estas medidas.

La suspensión de las fiestas patronales ya había sido adoptada motu proprio por algunos consistorios, pero ha sido confirmada a nivel general por los asistentes.

Según la consejera, la suspensión de las fiestas patronales (en principio de julio y agosto, según fuentes de la consejería) tiene como fin «evitar situaciones de contacto personal». «La sociedad aragonesa es sensible a la situación que estamos viviendo, hemos encontrado una cierta unanimidad en esto», ha añadido.

En la misma línea, se retrasará al menos hasta julio la apertura de piscinas municipales, y se suspenderá hasta septiembre la reapertura de escuelas infantiles.

«La prudencia, el sentido común y la responsabilidad es lo que tiene que primar en cualquier decisión en estos momentos. A nivel individual y también a nivel institucional», manifestó la consejera de Presidencia.

La reunión se produjo ante las dudas planteadas por ayuntamientos y comarcas en las videoconferencias semanales de las Unidades de Coordinación Comarcal (Ucocal), puestas en marcha con motivo de la crisis del coronavirus, y con el objetivo de alcanzar un punto de vista unánime por parte de las entidades locales aragonesas. T