La Trail de Moneva ha conseguido hacerse un hueco en el calendario de carreras de montaña por méritos propios y su segunda edición ha pulverizado las cifras del año anterior superando el número de inscripciones en casi un 30%.

Como ya ocurriera en 2018, se articularon tres modalidades de participación: una andada con 70 participantes, y dos trails: una de 16 km y otra de 8 km, rondando la treintena de corredores en cada una de ellas.

La andada y la trail de 16k compartían recorrido. Un circuito que discurre por los alrededores de Moneva, con llegada y salida del pabellón de la localidad y que destaca por el paisaje agreste y la dureza de sus desniveles. Una dureza mitigada por los puestos de avituallamiento dispuestos a lo largo del recorrido y atendidos por parte del medio centenar de voluntarios del pueblo que brindaron su apoyo a la celebración de la prueba.

Los primeros en cruzar la meta en la 16K fueron Eduardo Suárez, del Correcaminos Alfindén (1:04:47), y Neme Mendieta (1:26:53), del club Atletismo Goya. El premio, 100 euros para los primeros, 75 para los segundos y 50 para los terceros. En la 8k, las cestas de productos artesanos fueron a parar a Razuan Nicolae, del Atletismo Cuarte (35:19), y Raquel Virosta (42:54), de Jmova Runners.

La carrera se cerró con una comida popular que formaba parte del plan de ocio que la organización había dispuesto para enmarcar la trail, y que había comenzado la víspera con concurso de futbolín, cine infantil, yoga y fiesta de la cerveza.

Porque la trail de Moneva es mucho más que deporte. No sólo se recogieron 300 kilos de productos para el Banco de Alimentos, sino que se ha convertido en una forma de llevar gente al pueblo. Una excusa para volver a abrir las puertas de muchas casas que en estas fechas ya se habían cerrado hasta Semana Santa. Una carrera que se ha convertido en el grito de una localidad contra la despoblación. T