Durante los dos últimos meses se ha vivido un episodio sin comparación en la historia moderna de nuestro país. El hasta hace poco desconocido covid-19 se ha instalado en nuestra rutina diaria y las administraciones locales se han visto obligadas a asumir una serie de responsabilidades para las que en muchas ocasiones no estaban preparadas, careciendo incluso de los recursos necesarios para acometerlas. A pesar de ello, y haciendo de su capa un sayo, los pequeños ayuntamientos le han hecho frente con la mejor voluntad posible, y tratando de hacer llevar a sus vecinos este difícil periodo de la mejor y más segura de las maneras. En el caso de Novillas, desde la primera semana se tomaron las precauciones indicadas por las autoridades sanitarias, procediendo al cierre de locales públicos, parques, escuela, guardería, entre otros equipamientos. Seguidamente se estableció una rutina de desinfección semanal de todas las calles del municipio, incidiendo diariamente en las zonas de mayor tránsito, como tiendas, farmacia, residencia, caja, etc.

Además, se repartieron entre los pequeños establecimientos y los vecinos un total de 1.500 mascarillas, 500 litros de desinfectante y varias cajas de guantes. Y se informó en todo momento a través de bandos o en las propias redes sociales de las novedades legales, servicios sociales ofrecidos por la Comarca Campo de Borja u otros organismos, y directrices marcadas por los poderes públicos, para el general conocimiento de la población. Nada de esto hubiese sido posible sin la encomiable labor de los trabajadores de la plantilla y las generosas colaboraciones recibidas desde la empresa privada (Tecnozoo, UrbanVicart, Integra Ambiental, Combona…), ya que, sin ellos, el trabajo a desarrollar por el ayuntamiento, sin lugar a dudas, hubiese sido bastante más complicado, admiten.

No obstante, y como casi siempre ocurre, la verdadera respuesta admirable fue la dada por los propios vecinos. Las primeras semanas se desarrolló a través de Instagram una plataforma llamada “Cuarentena Novillas, que amenizó este periodo con bingos virtuales, acertijos, conciertos retrasmitidos en directo, y una serie de iniciativas de carácter social que son dignas de admirar. Los vecinos de Novillas disfrutaron de conciertos de saxofón y clarinete, jotas y una serie de actividades que hicieron mucho más amena y llevadera la difícil cuarentena que tuvieron que pasar. La asociación de mujeres también tuvo una de las iniciativas más bonitas de este tiempo, movilizando a todas las costureras voluntarias para elaborar un total de 400 mascarillas que repartieron entre los vecinos.

Otra de las situaciones curiosas fue la celebración de San Jorge, que este año no tuvo misa, ni procesión, ni siquiera vacas ni vermú. No obstante, a través de la megafonía, se dio un discurso de agradecimiento a toda la población, así como a las hermanas y trabajadoras de la residencia que durante estos días han demostrado estar realmente a la altura. También, a iniciativa de la Peña Tio Birutas, los novilleros disfrutaron de un vermut desde sus casas. Colgaron sus fotos en redes, para sentirse, al menos virtualmente juntos en la celebración del día del patrón.

«Todavía nos queda mucho por delante y la batalla no está ganada aún, pero sin duda alguna este periodo ya vivido debería servir para unir todavía más a los vecinos de un pueblo que han sabido afrontar la adversidad con verdadero estoicismo y energía», admite el alcalde de Novillas, Abel Vera. «Especialmente nuestros mayores, que son los que más lo han sufrido. Pero también nuestros pequeños, que recibieron el pasado 30 de abril su merecido reconocimiento: un pequeño obsequio y un diploma por parte del Parque de Bomberos de Tauste. Muchas gracias a todos ellos», añade. T