Croacia se quedó con la última plaza en las semifinales al imponerse por 4-3 en una tanda de penaltis a Rusia, que forzó de manera espectacular la segunda prolongación para ambas selecciones en un partido loco de emociones diversas, que terminó 2-2 en la prórroga. Inglaterra será el 11 de julio en Moscú el próximo escollo de Croacia. Mario Fernandes y Smolov fallaron por Rusia y Kovacic por Croacia, anotando Rakitic el definitivo.

En el minuto 115 del partido jugado en Sochi ante casi 45.000 espectadores el lateral de origen brasileño Mario Fernandes devolvió a la vida a una selección anfitriona también de cabeza un partido que en el minuto 101 tenía ganando para los ajedrezados el central Domagoj Vida. Fernandes marcó de cabeza al cobro de un libre directo, y por la misma vía el zaguero Vida capitalizó un córner. Ambas selecciones habían llegado a una nueva prórroga tras igualar 1-1 en el tiempo reglamentario.

El renacimiento del fútbol ruso pintaba de maravilla con una pintura que a los 31 minutos plasmó a distancia y con pierna izquierda el extremo Denis Chéryshev. El toque sutil con rosca se encaminó a la escuadra de Danijel Subasic tras pasar sin dificultad alguna por la tibia presión de Vida y su socio en la zaga Dejan Lovren. Chéryshev, el jugador del Villarreal español que en el Mundial se convirtió en solitario estandarte del ataque ruso, al final terminó abandonando la cancha del estadio de Sochi tras mucho esfuerzo vano y decepcionado, pues el valor de su obra apenas tuvo ocho minutos de vigencia.

En el 39 Mario Mandzukic, en una aparición inusual para su rol, se desplazó veloz por el callejón izquierdo y al pisar el área soltó un centro para la cabeza de Andrej Kramaric ante el que nada pudo hacer Igor Akinfeev. Croacia optó por regular sus fuerzas y manejar el balón, aunque al final se quedó sin ellas y todo se decidió en los penaltis.