A mí, agosto siempre me ha gustado mucho. No para salir de vacaciones, que no solía hacerlo en este mes, sino para quedarme en Zaragoza y disfrutar de la ciudad vacía... o semivacía. Lo que pasa es que, desde hace ya unos años, el cambio climático me tiene acongojado, porque cuando vienen esas olas de calor africano, con sus cuarenta grados y su bochorno implacable, la Inmortal ciudad no es precisamente un sitio agradable. Será por eso que ahora mismo escribo desde San Sebastián, que no tiene categoría de urbe eterna pero es una de las más hermosas de Europa e incluso del mundo.

En España están los ánimos muy caldeados, pero en el País Vasco, sin embargo, se ve al personal más tranquilo que nunca. Su status institucional se parece cada vez más a lo que en Alemania Federal (por poner un caso) sería un Estado Libre Asociado. Pero nadie, ni siquiera los veraneantes recién llegados del barrio madrileño de Salamanca, le presta mayor atención al tema. Como si todos se hubiesen puesto de acuerdo en disimular, porque allí se está a lo que se está y más ahora que de ETA no queda ni el fantasma.

Así debería ser siempre. Calma, pintxo-potes y paseos junto a la playa. Y que agosto esconda lo demás. Un servidor, sin ir más lejos, toma el sol, y para llevarles la contraria a quienes me dijeron que qué hubiese dicho yo si llega a ser la mujer de Rajoy la que hubiese fichado por el Instituto de Empresa (en vez de la de Sánchez)... paso de comentar el hecho curioso de que, mientras se ha dicho que el citado Mariano había renunciado a su pensión de expresidente, lo cierto es que sí la ha solicitado, como es de razón y de derecho. Es más, prescindo de meterme con el buen registrador de la propiedad, ni por como usó el dichoso Falcon ni a donde fue con él ni como se entretenía. De esto jamás dije nada, porque el jefe del Gobierno de España bastante tiene con las obligaciones de su cargo como para encima tener que desplazarse en autobús de línea con la escolta y todo el barullo.

No se acaloren, por favor. En agosto solo son noticia las serpientes.