El partido que llevó al Congreso de los Diputados a José Antonio Labordeta y a Chesús Yuste, dos de los mejores parlamentarios que ha dado esta tierra, vuelve a ilusionarse con la perspectiva de unas elecciones generales tras haber renunciado a las dos últimas citas. Pepe Soro, presidente de CHA y consejero del Gobierno autonómico, ni siquiera se plantea acudir en coalición con otras formaciones de izquierda, lo que significa que sus ánimos están como los de Gene Kelly antes de ponerse a cantar bajo la lluvia. Eso sí, obtener un diputado en el Congreso ya es otra historia: sería la más heroica de su trayectoria. En el año 2000, Labordeta necesitó 65.000 votos para salir elegido por Zaragoza. Cuatro años más tarde repitió, esta vez más sobrado de papeletas en su mochila. Yuste fue designado en 2011, aunque en coalición con Izquierda Unida, de manera que solo estuvo dos años y medio en las Cortes. Pero esos tiempos han quedado muy lejos. Hoy tendría que duplicar los resultados obtenidos hace pocos meses en las elecciones autonómicas -su escenario más benigno- para albergar esperanzas.

Es de suponer que si los órganos decisorios de CHA confirman de manera oficial los anhelos de su presidente el resto de la izquierda aragonesa no se atreverá a reprocharle nada. Ya se sacrificó en los comicios del mes de abril y en los del año 2016. Soro hablaba hace unos días de la generosidad de su partido al renunciar dos veces para favorecer a la izquierda española. Y si alguien critica que su presencia en las generales pueda perjudicar el voto útil contra la derecha, la candidata o el candidato de Chunta lo tendrá muy fácil: «Ya hemos visto de qué ha servido el voto útil».

*Editor y escritor