El equipo de Gobierno que dirige el alcalde de Zaragoza, Juan Alberto Belloch, no se va a andar con largas discusiones ni con debates estériles en todo lo que afecta a los proyectos de la Expo 2008 y hará bien. Es muy positivo --y más en una comunidad en la que cuesta llegar a acuerdos-- que el ayuntamiento quiera consensuar con los colectivos vecinales, los profesionales y los ecologistas el diseño final de las riberas del Ebro. Pero no pueden volver los eternos debates en que un día se decide una cuestión y a la semana siguiente se cambia no se sabe por qué intereses. Es verdad que esto supone una gran reflexión por parte de todos y mucho tacto y mucha mano para el equipo municipal. Pero el trabajo es mucho, el tiempo escaso y la responsabilidad muy grande. Y de la ejecución de todos los planes y proyectos deben responder todos los zaragozanos por lo que quienes decidan cómo y de qué manera nunca deben marear la perdiz.