Qué lejos quedan los tiempos en los que el ministro de Medio Ambiente --Matas a la sazón-- no consideraba al presidente de Aragón "interlocutor válido" para hablar del trasvase del Ebro. Qué lejos, afortunadamente. Ahora son los presidentes de Valencia y Murcia quienes ofrecen al futuro presidente del Gobierno español, Rodríguez Zapatero, "diálogo sereno" para resolver los problemas de agua que padecen ambas comunidades. Tanto los murcianos como los valencianos merecen que el Gobierno central se ocupe de sus problemas, tanto como lo merecen los aragoneses y los catalanes, ninguneados hasta ayer mismo. ¡Qué tiempos!