El Gobierno contempla la subida del impuesto al diésel para los vehículos particulares, con lo que el precio de este carburante será menos competitivo respecto a la gasolina. En Aragón, más del 60% del parque de turismos utiliza este combustible. Durante años, las campañas publicitarias implantaron la idea de que consumían menos, el coste por litro era menor y la robustez de su mecánica les permitía bastantes más kilómetros de vida útil, aunque su precio y mantenimiento fueran mayores. Ahora, cuando son mayoría los turismos de esta tecnología circulando aparecen las dudas, sobre todo porque se les atribuye más alta contaminación y ya se sabe que quien contamina paga. Después de la vivienda, el coche es el gasto más elevado al que se enfrentan las familias. No son comparables, desde luego, pero ya sabemos lo que pasó con la burbuja de la primera. Ahora se vuelve a pillar a un mercado cautivo sobre el que aplicar subidas. Y, claro, repuntan las ventas de los de gasolina mientras desde el Clúster de Automoción de Aragón aseguran que se está confundiendo al consumidor y que los nuevos modelos de diésel son incluso menos contaminantes que los de gasolina… lo que aventura que a futuro ya está otra vez montada, pero al revés. No es fácil planificar una movilidad sostenible y menos mientras se conviva con los vehículos a combustión, pero tirar siempre por el cómodo camino de apretar con leves subidas a millones de consumidores es cambiar las reglas del juego con la partida empezada. Saldrán unos 40 euros anuales más por coche. ¿Y cuánto CO2 menos? H *Periodista