Se da por seguro que Manuel Pizarro, presidente de Ibercaja durante los últimos diez años, dimitirá hoy de dicho cargo para poder concentrarse en sus responsabilidades como presidente también de Endesa. Esta decisión cierra una etapa particularmente fructífera en la que aquella entidad ha traspasado sobradamente las fronteras aragonesas y riojanas para consolidarse como una de las grandes cajas españolas. Pizarro, respaldado por el equipo directivo de Ibercaja, ha realizado una labor caracterizada por la prudencia, la eficacia y la apertura a la sociedad; ha evitado la polémica y ha actuado en el terreno político con extraordinaria sutileza al margen de su relación personal con Aznar y otros dirigentes del PP.

Tras la dimisión de Pizarro, el mismo equipo profesional que ha trabajado con él asegura la continuidad en la gestión de Ibercaja. Con un nuevo Consejo de Administración, la entidad aborda el inmediato futuro en las mejores condiciones. Por su parte, Manuel Pizarro, un turolense que ejerce, habrá de seguir manteniendo desde Endesa (empresa que integra a Eléctricas Reunidas de Zaragoza) una intensa relación con Aragón. De él esperamos todavía muchas más cosas buenas.