Amnistía Internacional denuncia la esclavitud sexual a la que militares y funcionarios de la OTAN y la ONU, someten a mujeres kosovares, los mismos cuya presencia en esa zona de conflicto obedece a una teórica misión humanitaria. Igual que en la vieja guerra de Croacia y Bosnia en la que se relevó del mando a un general británico acusado de organizar redes de burdeles para que se desfogaran sus muchachos. Ese general nunca fue castigado y algunos de aquellos burdeles siguen funcionando. Las ongIs se hartan de denunciarlo: las mujeres victimas de los conflictos son obligadas a prostituirse, los clientes son humanitarios de uniforme. Una fuerza armada nunca es una solución a los conflictos ni las guerras. Hay que hacer políticas que desbaraten las razones que llevaron a las partes a tomar las armas y que tienen que ver con intereses económicos o estratégicos de los mismos estados y empresas que dicen estar en los lugares de guerra para pararla. Que se lo digan a los kosovares, bosnios, iraquíes o afganos. La historia demuestra que esas supuestas misiones de paz no existen, son parte de un entramado que causa las guerras y que jamás las soluciona.

*Periodista