La Junta Electoral está desbordada y algo despistada estos días. El viernes informaba a las Cortes de Aragón de que la campaña en defensa del Ebro promovida por la DGA había sido recurrida por el PP, y que cabían argumentos hasta las 18 horas del lunes. El problema es que el fax llegó a las Cortes el viernes a las 20,35 horas, con los despachos ya cerrados. La agilidad de la Junta no termina allí, porque el mismo lunes sentenciaba a favor de la campaña pero envió el fax a otro número, y el Parlamento se enteró del fallo por la prensa. Otro fallo.