Los vertidos del pesticida lindano que la empresa Inquinosa depositó en los alrededores de Sabiñánigo obligan a tomar continuas medidas para disipar en la mayor medida posible la contaminación que se deriva de ellos, sobre todo, en Bailín. Ahora, la CHE, como una iniciativa más del Plan Estratégico de Lucha Integral contra el lindano en Aragón, desviará las aguas del barranco para que en época de tormentas viertan directamente al cauce del río Gállego, sin recorrer la zona de escorrentías del vertedero para no colapsar la depuradora. Un paso más para frenar un desastre medioambiental cuyo combate está pautado hasta el 2040, con una inversión de 550 millones de euros. Que sirva de experiencia.