Desde el punto de la mañana, la climatología de ayer auguraba en Aragón un día diferente a los que hemos vivido en esta semana. Y después de una jornada de reflexión tan atípica, tan llena de sobresaltos, interrupciones televisivas, comparecencias, rumores, reivindicaciones, nuevas noticias... el domingo fue otra cosa, salvo pequeños incidentes aislados. Casi 30.000 personas velaron en la comunidad para que todo funcionara con normalidad. Y eso es lo que sucedió. Los ciudadanos ofrecieron una entera lección de civismo, de saber comportarse pese a la negrura de las circunstancias que, en todo caso, marcaron ayer muchos ánimos.