El alcalde Belloch viajó ayer a París con los los deberes que puso el BIE bien hechos y con la seguridad de que el proyecto de Zaragoza tiene la solidez suficiente como para convencer a los países que aún no han decidido su voto. Una de las exigencias primordiales por parte del BIE era la garantía de que que el proyecto es perfectamente realizable. Esta exigencia se materializó ayer, cuando el ayuntamiento e Ibercaja culminaron con una firma un laborioso proceso de compra y permuta de los suelos sobre los que se levantará la Exposición de 2008. Sólo queda pues confiar en que la mayoría de los países que conforman el BIE apoyen la candidatura de Zaragoza para que la ciudad comience una nueva y prometedora etapa de la que todo Aragón puede beneficiarse. Ese futuro es de todos, y todos los aragoneses están llamados a celebrarlo después de que ninguno haya negado su apoyo, porque el proyecto también es de todos.