La Sociedad Zaragoza Alta Velocidad presentó la semana pasada el proyecto de diseño para el entorno de la Estación Intermodal. Los medios dieron algunos trozos de esas maquetas, gráficos y representaciones. Luego ha amainado el tema, se ha desvanecido un poco. Se dijo que se podrían hacer sugerencias, alegaciones, como se llame esa figura, hasta el día 26 de marzo. Van saliendo noticias sobre aspectos parciales, trozos sueltos de esas piezas gigantescas. Todo es un poco asombroso inédito. Hay tantos flecos, tantas pastillas, tantos millones de metros, que el asunto desborda a cualquiera. Desgajado de la pastilla inabordable, el triángulo de la antigua estación del Portillo, espera su suerte, algún indicio, un poco de información. El Ayuntamiento de Zaragoza pide que le dejen gestionar ese trapecio, mas no hay respuesta. Entretanto, ninguna de las instituciones implicadas en ZAV ha colgado los mapas en internet. Es como si no existiera esa posibilidad. Y sin embargo, basta con colgar cualquiera de los planos que la empresa Entorno Tres ha difundido a los medios, instituciones, asociaciones de vecinos y otros colectivos: cuesta diez minutos poner esos gráficos a disposicion del público. Es como si a las instituciones les diera igual que la ciudadanía pueda ver directamente desde su casa qué se propone para cambiar de arriba abajo gran parte de la ciudad. La verdad es que es un proyecto precioso, dibujado y a alta velocidad. (El gráfico puede verse en almozara.net). Ahí está la megapastilla que va a unir dos barrios entre si y con el AVE y el río (y la Expo). Semejante despliegue requiere una gran exposición, una supermaqueta en la que pueda verse bien la magnitud de las propuestas, los desniveles, la relación entre los trozos sueltos. El proyecto no hace más que sufrir mandobles y embestidas de todo tipo, que si no habrá dinero, pero aún no han salido los responsables máximos del tripartito ZAV, Fomento, Gobierno de Aragón, Ayuntamiento de Zaragoza, a decir que la cosa va adelante, que se va a hacer y que sí que habrá dinero. Sólo afloran dilaciones y recelos.

El alcalde de Zaragoza está desaparecido, aparte de la campaña electoral --cada partido sabe cómo reparte sus figuras--, este asunto merece más entusiasmo, más presencia. Y sobre todo, más y mejor divulgación.

*Periodista y escritor