A veces hay asuntos nimios, de escaso calado, que ocupan un tiempo de oro y se convierten en carne de debate. Quizá vengan bien como desengrasantes, como excusa para cambiar la marcha y relajarse. No siempre hay que ponerse "intensos". Lo malo es cuando las minucias --como el proyecto de matrículas con distintivo autonómico-- abandonan la periferia y se convierten en cuestiones centrales para mucha gente. Qué raro: con todo lo que está sucediendo aquí, allá y acullá. De no formar parte uno de los gremios afectados, me cuesta entender la importancia que ha cobrado la cuestión. La consejera catalana de Interior habló de que se cumplía así una reivindicación histórica. Pero esta historia sólo tiene un par de trienios. En su día, Aznar dijo, displicente, que él no hablaba de chapas.

Lo del distintivo debería ser una cosa voluntaria. Hay quien pone una pegata de la bandera regional y ya sabemos que, por ejemplo, el conductor es natural de Murcia. Eso ni pone ni quita, pero algunos son más felices así, con proclamas de patria chica. El hecho diferencial pasa por el capó. En muchos casos, el coche resulta ser una fibra altamente sensible; el coche es el espejo del alma del conductor. De ahí la proliferación de mensajes en los cristales. El automóvil se vuelve una especie de manifiesto sobre ruedas, con esos letreros que informan felizmente del pueblo de nacimiento o de los gustos típicos del responsable al volante. Soy un coleccionista de estas frases puestas en el vehículo para proyectar informaciones al resto de la humanidad. Circula por ahí una furgoneta blanca con el adhesivo I love karate . Más que una declaración de principios deportivos, eso tiene pinta de ser una advertencia disuasoria para esta Zaragoza donde cada día es más frecuente que tengas que disputar el sitio libre de aparcamiento.

Al margen de karatecas, el caso es que se acercan nuevas matrículas con obligado toque autonómico. Algunos volverán a sufrir consecuencias de odios de mala vecindad regional; se reforzarán ciertas declaraciones frente al retrovisor: ¡Mujer y de Canarias tenía que ser!.

Existe en la actualidad tanto tráfico de informaciones, de proyectos que se quieren poner en marcha y debates por culminar, que esto de las matrículas con bandera pilla con el pie cambiado. Más que un aliciente para el bólido parece un nuevo engorro para cumplir en la ITV.