Desde que Anguita (el prototipo de protopolítico) clamó aquello tan sesudo de «¡Programa, programa, programa!», denunciar que en las campañas se hace mucho teatro pero se proponen pocas cosas relativas «a las cosas de comer» se ha convertido en un clásico. Ahora, algunos colegas míos no cesan de utilizar el lugar común, sin reparar en que jefes y cortesanos se pasan el día haciendo ofertas bastante concretas y programando desde el papel y el audiovídeo lo que harán si gobiernan. Ayer mismo, Casado declaró que se propone elevar al año que viene el salario mínimo... a 850 euros mensuales. Como ahora ya está en 900 por obra y gracia de Sánchez, todo el mundo dio por hecho que el del PP pretende bajar ese miserable jornal (además de los impuestos). Pero entonces él mismo volvió corriendo a la palestra para negar que fuese eso lo que había dicho. Y en ese momento nos dejó fuera de combate.

La campaña empieza esta noche, pero llevamos semanas escuchando los planes de cada partido: rebajas fiscales, artículos 155, liberalización de la venta de armas, derogación (o no) de la Ley de Violencia de Género, asignaturas que se incorporarán a los planes de estudios, retorno de la banca pública y de una eléctrica ídem, renta básica... En resumen, las derechas proponen eliminar o reducir impuestos (con diversas modalidades, todas las cuales favorecerán más a las empresas y rentas altas que a los mindundis), adelgazar el sector público e incentivar la actividad privada (además de meter en cintura a los secesionistas catalanes, y a los vascos, a poco que se pongan tontos). Las izquierdas quieren mantener o incrementar los impuestos directos (especialmente los de las grandes empresas y las rentas altas), reforzar el sector público y ordenar la actividad privada (y mucho diálogo). Bueno, todos nos hacemos una idea. Luego está lo de los toros y la reconquista, pero eso es pura coña.

En fin, ya veremos. ¡Ah!, les comunico que desde mañana no estaré aquí, en El Independiente, sino en la crónica general de la campaña electoral. Les espero.