Que el Gobierno de Pedro Sánchez haya decidido eliminar las franjas horarias de los municipios de entre 5.000 y 10.000 habitantes parece más que razonable, teniendo en cuenta cómo poco a poco se están suavizando las restricciones de las distintas fases de la desescalada. Esta decisión equipara a once poblaciones aragonesas --La Almunia, Caspe, Binéfar, Sabiñánigo, Zuera, Andorra, Alagón, Tauste, La Puebla de Alfindén, María de Huerva y La Muela-- al resto de municipios más pequeños, que ya disfrutaban de esta situación y atiende la petición del presidente Javier Lambán para que se suavizaran las condiciones del mundo rural, tan confinado muchos meses al año. Que se vaya imponiendo la cordura por parte de la Administración, requiere también una respuesta acorde de los residentes en estos municipios como, sobre todo, de los que acudan a su segunda residencia.