En el consejo de administración de mañana, Renfe aprobará su nueva estructura organizativa que consiste en traspasar a un nuevo ente público denominado Adif todos los negocios de infraestructuras ferroviarias, salvo la explotación de los trenes y los talleres que quedará privatizada. Los dos organismos suman en total una treintena de altos cargos que están siendo muy codiciados, a juzgar por la pugna que se ha abierto en la sociedad que ahora se desgaja y que cuenta con 30.000 trabajadores y una deuda de 2.466 millones de euros.