Rn la cumbre hispano-francesa de Zaragoza se han producido algunas innovaciones sobre lo que es costumbre en ese tipo de encuentros. El más visible es la presencia de presidentes de comunidades autónomas españolas limítrofes con Francia: Aragón, Cataluña y Navarra. Sólo faltó el lendakari vasco, lo que juzgo un error incomprensible. No se entiende que el presidente Zapatero se tome tantos trabajos y esfuerzos para hacer funcionar sobre nuevas bases el Estado de las Autonomías y luego se produzcan esas meteduras, igual que la ausencia de casi todos los partidos nacionalistas en la fiesta de la Constitución del Congreso de los Diputados. Si están en Zaragoza Zapatero y Chirac, con varios de sus ministros y con la invitación a los presidentes fronterizos, no hay excusa ni razón convincentes para no aparecer por allí. De manera que yo estoy esperando una explicación de Ibarretxe, que tanto alborozo expresó cuando Zapatero fue elegido presidente, considerando ese hecho como el principio de una etapa nueva y esperanzadora. Estos desplantes, además de ser injustos, regalan bazas políticas a quienes según los nacionalistas les han estado haciendo la vida imposible durante ocho años.