Todos los años Ebrópolis concede sus premios a las buenas prácticas ciudadanas y los premiados merecen un comentario entre tantas noticias de prácticas reprobables relacionadas con la corrupción que son todo lo contrario a las buenas prácticas. En esta edición, y van 13, más de cien candidaturas dan fe de la cantidad de proyectos y de gente que en esta ciudad trabajan por una sociedad mejor en muy diversos ámbitos. Ebrópolis tenía una deuda con el mundo empresarial. Deuda porque nunca hasta este año una empresa recibía el premio. La empresa de catering Combi (comer bien) en alianza con el colegio Juan de Lanuza, un colegio que es una cooperativa, fueron los premiados por su forma de gestionar el comedor del centro, con productos ecológicos de nuestra huerta, trabajando con proveedores lo más cercanos posibles y por tanto educando a la vez a sus alumnos en lo que significa la sostenibilidad, apoyando a nuestros agricultores y a experiencias tan interesantes como Gardeniers, un centro especial de empleo puesto en marcha por Atades que cultiva hortalizas ecológicas (un cardo espectacular, muy apropiado para estas fechas). Nos ha tocado vivir una época en la que nos levantamos cada día con noticias que tienen que ver con la avaricia, con el egoísmo. Está muy bien que la prensa ponga en evidencia a los ladrones, a los trepas, a los de los sobresueldos. Pero también hay que resaltar, y humildemente lo hago yo en estas líneas, tantas cosas buenas que hacen nuestros conciudadanos. Profesor de universidad