No puedo con los millennials. Seres humanos post-siglo XX. Viven tanto el presente, se llenan tanto de la inmediatez, que son capaces de olvidar lo que hicieron tres días atrás. No creo que sepan lo que significa nostalgia y parece que lo retro no les interesa en absoluto. Es cosa de la edad, de la juventud, dicen. No lo creo. Yo cuando tenía 15 años estaba fascinada con los Beatles y las pelis de cine clásico que me ponía mi madre. Siempre me ha gustado lo antiguo, lo vintage. Soy de las que miro y remiro las películas 20.000 veces y, aunque pienso que la mejor forma de soportar la vida es viviendo el presente, creo que los millennials se están pasando de la raya. Un ejemplo reciente. Manu Guix, director musical de la academia de Operación Triunfo, tuiteó esto hablando de sus alumnos: «He empezado a tocar Mi música es tu voz y todos mirándome en plan: pero esto ¿qué es? Me he quedado muerto». Todos en casa nos quedamos muertos. Incluso el gato. Esto ya no es que los millennials no miren al pasado o no tengan ni idea de la historia y la cultura de nuestro país, esto ya es de un pasotismo escandaloso. Ir a OT sin conocer el famoso estribillo «A tu lado me siento seguro…» es como presentarse a un empleo de profesor de inglés sin saber inglés. No quiero que pasen los años y los millennials del futuro digan: «¡Mary Poppins! ¡Qué estupenda estaba Emily Blunt!» No. No quiero. No quiero que cambie nada. Quiero que vuelva Nina a OT, Mercedes Milá a Gran Hermano y Harrison Ford a Star Wars. No sé que me ocurre, como dicen en Arusitys, igual es que me he convertido en una mimomial. H *Periodista